Aunque a día de hoy casi todas las aulas de Madrid padecen esta lacra, en algunos centros la situación es tan extrema que obliga a las autoridades a reconocerlos como oficialmente problemáticos. Se trata de escuelas que acumulan un alto porcentaje de inmigrantes, de alumnos provenientes de hogares desestructurados o chicos de etnia gitana. El fracaso escolar es numeroso, sufren problemas de convivencia y la demanda de plazas en la zona es baja.
Pésimo rendimiento de los alumnos inmigrantes.
Todos los estudios que comparan el rendimiento escolar de las economías avanzadas, han revelado que los inmigrantes obtienen resultados muy inferiores a los de los nativos, “incluso aunque sus expectativas individuales y las de sus familias sean ambiciosas” La inmigración puede implicar en algunos casos la pérdida de una parte del capital humano que los individuos pueden adquirir en origen, como el conocimiento del idioma o reglas de funcionamiento de las instituciones. Pero el problema no se da en los alumnos de habla hispana, mayoritarios en Madrid. Además esta desventaja tiende a neutralizarse cuando transcurre algún tiempo desde la migración y desde luego no se da en la segunda generación ni en el paso a estudios superiores. Por lo tanto este argumento no es válido para justificar los malos resultados.